El masaje de shiatsu es una técnica originaria de China pero desarrollada en Japón. Literalmente quiere decir “presión con los dedos”.
Según el shiatsu y la medicina tradicional china nuestro cuerpo lo recorren doce meridianos principales (los mismos que utiliza la acupuntura), cada uno de los cuales está asociado a un órgano o víscera. Por estos canales es por donde circula la energía (o ki, en japonés).
 
Esta técnica trabaja desde el punto de vista de que las desarmonías (tanto físicas como emocionales) vienen dadas por los bloqueos de energía de los distintos meridianos. El shiatsu trabaja de forma holística, entendiendo al ser humano como “un todo”. Es por eso que en esta terapia se tiene en cuenta que un mal funcionamiento de un órgano puede crear un desequilibrio emocional y viceversa. Así, por ejemplo, un mal funcionamiento del pulmón que perdure en el tiempo podrá provocar un estado de tristeza en la persona y, al revés, una tristeza profunda y que se alargue podrá causar un desajuste en los pulmones.
 
Las patologías, los estilos de vida no saludables, las emociones, así como el estrés o la ansiedad, pueden desequilibrar nuestro organismo. El shiatsu trata de restablecer el equilibrio mediante la manipulación de los distintos meridianos.